jueves, 10 de enero de 2013

Relato: Invierno Blanco VI

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¿Cómo había podido suceder esto? ¿Qué ha pasado? Yo he estado vigilando a la mujer toda la noche y no ha salido de su casa, pero entonces... ¿Quién lo ha hecho? ¿Qué es todo esto?

Multitud de preguntas empezaron a brotar en mi cabeza en ese instante, no entendía qué había sucedido, todo parecía una farsa, pero la muerte es irreversible, y las farsas en ese sentido no existen. 

Los acontecimientos recientes habían hecho que mis cálculos no cuadrasen, y que aquella misteriosa mujer no pareciese ser la responsable de la últimas muertes. Aunque yo sólo podía confirmar que no había participado en la última muerte, la anterior sí pudo ser cosa suya... Pero si ella no ha sido, ¿quién? 

La situación era más grave de lo que esperaba. ¿Puede existir alguien más capaz de hacer lo mismo? Y si ese es el caso, ¿qué le lleva a hacerlo? ¿Volverá a actuar?... La noche no es segura. Esta noche tendré que proteger a mi madre a toda costa, seguro que las autoridades detendrán al culpable, no tengo que preocuparme por ello. 

Con esa filosofía me quedé esa noche en casa. Mientras Yoshihiro y mi madre dormían yo haría guardia en la puerta de casa. Las horas comenzaron a pasar con tranquilidad, parecía que la noche no me daría ningún sobresalto, pero en ese instante empecé a oír cómo la madera crujía... Venía de donde estaba Yoshihiro. Estaba durmiendo. Corrí hacía allí, pero cuando abrí la puerta no había nada ni nadie, ni tan siquiera Yoshihiro se encontraba en la habitación. La ventana estaba abierta, por lo que pensé salir en su búsqueda, pero en ese instante un grito me sorprendió.

Era mi madre gritando desde su habitación, corrí hacía allí y vi a mi madre arrinconada en una esquina temblando y señalando a la ventana

- ¡Los ojos! ¡Los ojos! 

No paraba de repetir lo mismo mientras con su mano temblorosa señalaba a la ventana.

- ¡ Los ojos!

Decidí mirar con sumo cuidado, pero cuando lo hice no encontré nada. Fuera lo que fuese lo que vio en aquella ventana, allí ya no había nada. 

Tenía que salir a la búsqueda de Yoshihiro, pero no podía dejar a mi madre así. Me quedé con ella hasta que consiguió calmarse y dormir. En toda la noche no conseguí obtener de ella unas palabras claras, sólo repetía una y otra vez ¡los ojos!, ¡los ojos!, y ya los primeros rayos del sol estaban saliendo. 

A pesar de todo decidí salir a la búsqueda de Yoshihiro, comencé buscando entorno a mi casa, al no ver nada me dirigí a la suya donde tampoco encontré nada. Fue justamente allí donde llegó mi vecino. Traía una trágica noticia, esa noche su mujer había sido asesinada, le habían arrancado el corazón del pecho.

Fue en ese momento cuando pude reconocer a Yoshihiro al fondo de la calle. Corrí hacia él para preguntarle si se encontraba bien, si sabía algo de lo sucedido... Su respuesta fue la misma que las veces anteriores. Se había quedado dormido debajo de un árbol al lado del río.

Su respuesta no me parecía creíble, algo le estaba sucediendo,  todas las noches desaparecía y regresaba con una excusa vaga, además sus extraños paseos nocturnos han coincidido con el inicio de las muertes. ¿Tendría algo que ver Yoshihiro con todo esto? Tenía que descubrir la verdad detrás de todo esto. Esa noche le seguiría. 

Dejé a mi madre en casa de los vecinos - la verdad es que ella no había vuelto a hablar desde la pasada noche-, mientras que Yoshihiro y yo nos quedaríamos en casa. 

Esa noche al llegar a casa, nos fuimos a dormir. Me hice el dormido durante unas cuantas horas, pero Yoshihiro no se movía. Cuando llegaba la media noche, vi cómo se levantaba y se iba de casa por la ventana. Esperé un minuto y comencé a seguirlo por la ciudad. 

Yoshihiro caminaba como si no tuviese vida y se dirigía hacia el río, hacia donde siempre nos había dicho que pasaba las noches. Al llegar al árbol se sentó y tras un rato mirando al río se durmió. 

En ese instante me acerqué a él a ver si de verdad se había dormido. Era cierto, se había dormido, todo lo que nos había contado hasta ese momento entonces tendría que ser cierto... Él no había sido..., pero si él no fue, ¿quién? Sería ella...

Me senté al lado de Yoshihiro a pensar sobre ello, cuando empecé a notar que me entraba sueño. Después de todas las noches en vela que había pasado, el sueño me podía, por lo que me quedé dormido sin darme cuenta. 

Fue en ese momento cuando tuve el sueño más raro de mi vida. 

El árbol donde me encontraba comenzaba a florecer, el invierno había pasado y la primavera había llegado al fin. Todo parecía en paz y agradable cuando en el puente del río se empezaba a formar una figura... Al principio era sólo humo pero poco a poco empezaba a tomar forma... Me acerqué hacia allí para saber de qué se trata. Según me acercaba la imagen se veía más nítida, cuando apenas estaba a un metro conseguí ver quién era... Era aquella mujer... Nuevamente el miedo se apoderó de mi cuerpo, por lo que comencé a correr, pero ella me perseguía, no conseguía deshacerme de ella a pesar de correr con todas mis fuerzas... Finalmente, consiguió alcanzarme y con su mano extendida incrustó sus dedos en mi pecho. En ese momento, sentí un dolor intenso pero era incapaz de moverme...

Ella con sus garras, sacó de mi pecho el corazón que aún en ese momento latía, y mientras veía mi corazón latiendo en sus manos el cielo empezó a nublarse y una fuerte ventisca de nieve comenzó.

Fue exactamente en ese instante cuando me desperté. Estaba amaneciendo y Yoshihiro aún estaba durmiendo. Decidí irme antes de que él se despertase para no alarmarlo. 

Cuando volvía a casa, nuevamente mi vecino se acercó a mi, nuevamente esta noche el asesino había vuelto a operar: el pescador, Yoshi, y su esposa habían aparecido muertos con el corazón arrancado flotando en el río. 


Por: Yohiroshi

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