martes, 18 de diciembre de 2012

Relato: A Seúl con Amor

Aún recuerdo la primera vez que oí aquella canción, y posiblemente no la pueda olvidar nunca.

Yo era sólo una niña de 5 años y en la tele estaban poniendo un reportaje sobre Seúl, en una de las imágenes se encontraban paseando por las calles de la ciudad y en una esquina estaba él, tocando con su guitarra. La melodía me llegó a lo más profundo, y creo que me pasé toda una semana tarareando la canción.

Desde ese momento, se despertó en mi un interés por esa música, por aquella melodía que no me podía sacar de la cabeza. Empecé a buscar información sobre diferentes temas relacionados con la música coreana y con aquel país, incluso muchos años después seguía invadiéndome el pensamiento, por lo que en cuanto tuve oportunidad me embarqué hacia aquellas tierras.

Había conseguido una beca para estudiar allí durante un año, iba a asistir a una de las instituciones más importantes y elitistas del país, pero sobre todo, iba a poder cumplir mi sueño.

La casa donde iba a vivir no era muy grande, era un pequeño apartamento en un bloque un poco viejo, no muy lejos de donde iba a estudiar, pero sobre todo, no muy caro. La había alquilado a una ancianita que vivía justamente debajo de mí, en realidad había sido su nieto quien puso el anuncio, ya que ella no sabía como funcionaba "eso de Internet", como me solía decir. La verdad es que era muy agradable y me ayudó mucho en ese primer día.

Aquella noche apenas podía dormir por los nervios, mañana sería mi primer día, el primer día de muchos de mi nueva vida. Las dudas empezaron a surgirme: ¿Cómo sería?, ¿qué compañeros tendría? Poco a poco las horas pasaban y en mi cabeza sólo existían preguntas, tanto fue así que al final me dormí, y fui incapaz de oír el despertador.

Cuando abrí los ojos el corazón me salto, era el primer día de mi nueva vida y ¡me había dormido! Me levanté corriendo, me duché y me vestí, salí corriendo sin haber desayunado, corrí todo lo que pude, corrí y corrí hasta que al final pude ver el edificio, había llegado y aún no habían comenzado las clases, en ese momento me relajé y una chica chocó conmigo provocando que mis libros cayesen al suelo.

No sólo mis pertenencias se cayeron, sino que ella me terminó por insultar haciéndome sentir que no estaba en el lugar adecuado. En ese momento, cuando ella me atacaba y atacaba, llegó mi salvador, como si la luz brotase de él, se interpuso entre nosotras dos y calmó a la chica, quien apartó la mirada y se fue.

Él se agacho y me ayudo a recoger los libros. Era el chico más guapo que había visto hasta el momento, tenía un cabello sedoso, una tez pálida y una mirada penetrante. Empecé a mirarlo disimuladamente, parecía que algo bueno había pasado, tenía que conocerlo. Me armé de valor y me decidí a preguntarle en nombre, pero, en ese instante, llegó un amigo.

- Eh ¿Qué haces?

- Estaba ayudando a recoger lo que se le ha caído

- Ayudando a esta a recoger... ¿Y tú de dónde has salido?

- Yo....

- Déjala, vamos que no llegamos

Era el chico más desagradable que te puedes imaginar, le cogí manía en ese mismo instante, la verdad es que no entendía cómo podía llevarse bien con mi salvador.


Por: Jangmi

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